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El afecto sustituido por el icono. "La violencia simbólica más reciente: la domesticación emocional del hombre a través de algoritmos que sustituyen la intimidad por consumo." Casos como el uso de chatbots románticos (Replika AI, 2017–2023) o figuras virtuales como Hatsune Miku en Japón. Durante la pandemia, la dependencia emocional de asistentes digitales y videojuegos de simulación de pareja creció exponencialmente.

El yo individual es borrado en nombre de la masculinidad colectiva.                                                                   “El hombre perfecto no siente, no duda, no recuerda. Es una forma sin nombre.” El poder no sólo oprime desde fuera: se internaliza en el cuerpo. La masculinidad disciplinada como identidad vaciada. El experimento de Stanford (Philip Zimbardo, 1971). Estudiantes comunes adoptaron roles de guardias y prisioneros; el abuso y la despersonalización

La masculinidad tóxica transmitida como herencia emocional. El uniforme cambió de forma, no de función. La autoridad se heredó como el silencio.” Aquí se cierra el círculo: la violencia íntima como legado cultural masculino. El hogar como extensión del cuartel. El amor masculino aprendido a través de la disciplina, no de la empatía. Síndrome del veterano (Vietnam, Bosnia, Irak): miles de soldados volvieron a casa emocionalmente mutilados, reproduciendo la violencia aprendida

La represión del afecto como prueba de virilidad. “La ternura se convirtió en enemigo interno. Cada músculo debía obedecer.” La violencia internalizada como estética. El músculo como símbolo de obediencia emocional. “Tough Guise” y la cultura del entrenamiento militarizado (EE. UU., 1980–presente). Durante la administración Reagan, los anuncios de reclutamiento militar y los filmes de acción (Rambo, Top Gun) redefinieron la identidad masculina como resistencia, músculo y cont

“Emotional Drill”  explora cómo la masculinidad se entrena, se programa y se militariza desde la infancia. A través de cinco ejercicios visuales, el proyecto examina la transformación del afecto en disciplina, del cuidado en control, de la ternura en arma. Cada imagen actúa como una lección de guerra emocional: un manual para fabricar hombres obedientes y memorias falsas. El niño ap4rende qué significa “ser hombre” a través de modelos de poder y control. "Le enseñaron que ser