OUT OF THE BLUE - CONCEPTO

Mi Out of the Blue surge de un posible inicio de un conflicto bélico: un punto de vista impersonal, casi cómico. La serie está compuesta por doce fotografías divididas en dos mitades, marcadas entre muchas cosas por el color y por la ausencia o presencia de sujetos en cámara. Dos tiempos de una misma fractura, que realmente podría tratarse de un suceso de menos de dos minutos. En cuanto al color, la serie comienza con tonos fríos que resaltan la frialdad de la institución, más tarde pasa a tonos calientes que nos recuerdan de lo que realmente estamos hechos. Es un gradiente de lo impersonal hacia lo humano.

Parto del estereotipo de la base militar exagerada hasta el absurdo, para desnudar su teatralidad. Detrás del uniforme y del protocolo se revela la fragilidad del sistema y cómo los pequeños cargos, los bajos cargos militares reaccionan ante algo de tal magnitud, la inhabilidad humana, que no rinde ante la exactitud y frialdad de la militarización de sí misma, el fallo ante la orden. El guiño a una posible invasión alienígena, tema original del proyecto, no busca lo fantástico, sino lo simbólico, la aparición, la ruptura, la llegada de algo que nos sobrepasa

En los límites de los espacios liminares y fríos, construyo escenarios que parecen deshabitados, como si los personajes hubieran huido justo antes de tomar la foto, con urgencia. Son lugares suspendidos, carentes de alma o de huella, donde nos falta la presencia humana. Y de pronto, junto al suceso celeste, esa ausencia cobra sentido: no hay refugio posible frente a lo que no comprendemos, salimos a mirar.

Mi “Out of the Blue” es el instante en el que nadie sabe nada, y sin embargo todo ha ocurrido. Solo que esta vez (de forma literal), el origen no es humano: es un suceso celeste, una irrupción que escapa a toda lógica, como si el universo recordara a la humanidad su propia pequeñez. 

Fuera de lo fantástico, hago referencia directa al comienzo de un conflicto bélico, que nace de una pequeña chispa inesperada. Los verdaderos conflictos no se libran en el campo, sino en despachos lejanos, dirigidos por manos invisibles. La guerra es una orden impersonal ejecutada por peones. Al igual que los militares miran los rayos, nosotros miramos el mundo sin poder detener las catástrofes.